Neurodesarrollo y maduración neuropsicológica de la memoria de trabajo
Neurodesarrollo y maduración neuropsicológica de la memoria de trabajo

La neuroplasticidad fue definida por Gollin (1981) como el potencial para el cambio, esto es, la capacidad demodificar nuestra conducta y adaptarse a las demandas de un contexto particular.Para Kaplan (1983) es una habilidad para modificar sistemas orgánicos y patrones conductuales.Esta potencialidad para el cambio que posee el sistema nervioso central a lo largo de todo el desarrollo ontogenético del hombre, se observa principalmente durante la infancia. En esta etapa tiene lugar la maduración intensiva del organismo, y en particular del cerebro, ya que durante los seis primeros años la masa encefálica aumenta 3,5 veces, lo cual quiere decir que se transforma, multiplica y perfecciona en sus funciones (Bergado Rosado & Almaguer Melián, 2000).

Posiblemente la mielinización desempeñaun papel crucial en el desarrollo cognitivo en el niño. Estas funciones no dependen exclusivamente del correcto funcionamiento de la corteza prefrontal. Más bien deberíamos considerar a las regiones prefrontales un eslabón más de un circuito que involucra tanto a regiones corticales como subcorticales (Luciana & Nelson 998; Casey, Tottenham & Fossella, 2002;Klingberg, et.al., 2002).

Por ello, el desarrollo de las funciones cognitivas en el niño depende no sólo de la maduración de regiones cerebrales específicas como la corteza prefrontal, sino también de la maduración de las conexiones, como las que posibilita la mielinización (Luciana & Nelson 1998; Stuss, 1992).

La mielinización contribuye en gran medida a mejorar la funcionalidad del cerebro, ya que produce un incremento en la velocidad de conducción de los impulsos nerviosos (Klingberg, Vaidya,Gabrieli, Moseley & Hedehus, 1999).

Los procesos madurativos en el cerebro siguen un modelo jerárquico en el que las áreas de proyección maduran antes que las asociativas (Stuss, 1992). Así, las últimas áreas en adquirir la mielinización son la sustancia blanca de los lóbulos frontal, parietal y occipital, lo que se puede apreciar a los 8-12 meses (Paus,Collins, Evans, Leonard, Pike & Zijdenbos,2001).

Durante el curso del desarrollo se ha observado un aumento, tanto en el volumen como en la mielinización, de la sustancia blanca . En el lóbulo frontal la cantidad de sustancia blanca aumenta linealmente de los 4 a los 13 años,aunque su proceso de mielinización así como el de otras áreas de asociación,como las regiones temporales y parietales no se completa totalmente, incluso, hasta la edad adulta (Paus, et. al. 2001; Giedd, et. al., 1999).

Paralelamente, durante la infancia se observa un fenómeno de inervación polineural, es decir, que hay más conexiones sinápticas que en el adulto (Purves & Lichtman, 1980) pero no todas ellas son funcionales, por lo que se hacen necesaria una poda neuronal que elimine selectivamente las sinapsis menos relevantes. Así, aquellas sinapsis que se repiten se mantendrán, mientras que las que no se repiten serán eliminadas (Casey, Gied & Thomas, 2000).

En la capa III de la corteza prefrontal, el proceso de poda es continuo de los 5 a los 16 años, lo que se refleja en una disminución de la densidad sináptica que se ha relacionado con los cambios en la sustancia gris que se observan durante la infancia y la adolescencia (Gied, et al.,1999).

Según Giedd, el volumen de la sustancia gris frontal aumenta hasta la adolescencia, donde alcanza su máximo, y a partir de este momento disminuye.Sowell, Delis, Stiles & Jernigans (2001)observaron una reducción en la densidad de la sustancia gris, tanto en la corteza parietal posterior como en algunas regiones frontales, incluso durante la infancia y la adolescencia. Durante la post adolescencia observaron una estabilización de estos cambios en la corteza parietal, mientras que en el giro frontal superior la pérdida de sustancia gris continúa.

Sowell et al. (2001) han observado que existe una relación entre estos cambios en la sustancia gris frontal y la evolución en la ejecución de tareas cognitivas de los 7 a los 16 años. Entonces, las capacidades que va adquiriendo el niño durante su desarrollo no son producto solamente de la maduración a nivel neurológico sino que en gran medida son el resultado de la interacción del niño con el medio, de su estimulación y educación.

Cuanto mayor sea la estimulación que recibe más completa será su organización neurológica y mejores expectativas al nivel de capacidades y habilidades. En este sentido cobra especial importancia la estimulación en la primera infancia, fundamentalmente decisiva después de la evaluación diagnóstica de un retraso o déficit.

Desde el nacimiento existe una rica estructura organizativa para procesar la información. Se ha puesto especial atención al estudio de los sistemas sensoriales de la visión y audición porque estos son los sistemas que envían información a los procesos centrales del sistema cognitivo . Dicho sistema está formado básicamente por cuatro niveles de procesamiento.

 La memoria de trabajo , consiste en la estructura innata del sistema cognitivo, la cual proporciona las bases que hacen posible el aprendizaje. Los estudios realizados con niños han puesto de manifiesto que pueden distinguir estímulos simples, formar categorías simples, reconocer un estímulo tras un período de tiempo y aprender asociaciones entre estímulos; estos hallazgos indican que deben estar presentes los mecanismos de asociación, discriminación y categorización, así como los procesos de memoria de reconocimiento

Baddeley describe la memoria de trabajo como un mecanismo de almacenamiento temporal que permite retener a la vez algunos datos de información en la mente, compararlos, contrastarlos, o en su lugar, relacionarlos entre sí. Se responsabiliza del almacenamiento a corto plazo, a la vez que manipula la información necesaria para los procesos cognitivos de alta complejidad.

La Memoria de trabajo participa en por lo menos dos tipos de procesos:

  • Control ejecutivo: hace referencia al mecanismo de procesamiento de la información.

  • Sostenimiento activo: constituye el concepto de almacenamiento temporal.

    El sistema de memoria  de trabajo estaría compuesto por un ejecutivo central de capacidad limitada, que organizaría el flujo de la información en el sistema, desempeñando funciones atencionales; y dos dispositivos específicos, el bucle fonoarticulatorio encargado de la codificación y retención de la información verbal, y al que últimamente se le atribuye un papel fundamental en la adquisición de vocabulario, y la agenda visuoespacial, encargada de la retención de la información visuoespacial. 

    La memoria de trabajo aumenta progresivamente a lo largo del ciclo vital,siendo el span a los 5 años de 3-4 unidades, a los 9 años de 5-6 y en la adolescencia de 7 unidades . Debemos tener en cuenta este dato para los aprendizajes y las instrucciones que requieren manipular información de manera inmediata adaptándonos al span de la memoria de trabajo según la etapa de neurodesarrollo y edad del niño . De tal forma que antes de extraer otro tipo de conclusiones ante la respuesta de un niño que no ejecuta la orden verbal o visual que le pedimos debemos tener en cuenta  su span de memoria de trabajo, ya que  si le indicamos  por ejemplo a un niño de 5 años una orden verbal  o visual con más de 4 palabras o elementos ,es posible que no la realice no porque el niño tenga una dificultad de atención o de conducta  sino  porque tiene más elementos de los que su memoria de trabajo puede captar por su proceso de maduración neuropsicológica y de neurodesarrollo para manipular esa información mentalmente y dar la respuesta que esperamos los adultos. 

    Por ello es conveniente,procurar que en el momento de introducir los datos, intervengan todos los sentidos posibles: vista, oído, olfato. Generar circunstancias favorables y evitar las interferencias externas e internas.Es conveniente que estimulemos la memoria de trabajo  mediante una serie de actividades como por ejemplo leer párrafos , detenerse y recuperar los módulos de información mas relevantes (entrenamiento de la agenda visuoespacial), o bien escuchar por unos segundos una cinta grabada, detenerse y recuperar los módulos de información mas relevantes, (entrenamiento del bucle fonológico) o ver y escuchar un vídeo o DVD en donde se sucedan situaciones secuenciadas, detenerse y recuperar la secuencia empleada (entrenamiento del ejecutivo central). Esta estimulación la podemos realizar con dibujos, canciones... para incluir la motivación del niño que facilitará que se consoliden los aprendizajes de forma significativa.


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