Las habilidades de lectoescritura son sumamente importantes en la vida. Nuestro aprendizaje escolar y personal gira en torno a nuestra habilidad a la hora de leer, comprender, expresarnos y escribir.
El lenguaje oral es la base que sustenta el posterior desarrollo de las habilidades de lectura y escritura, entre otras habilidades. Del mismo modo, es fundamental el contexto socio-emocional que exista en torno a los primeros años en el uso del lenguaje oral y el aprendizaje de la lectura y la escritura, ya sea formalmente en la escuela como dentro del contexto enriquecedor del hogar. La evolución de estas habilidades condicionará el posterior desempeño e inclusión dentro del marco social y económico que rige nuestra sociedad.
La terapia logopédica temprana tiene mucho que ofrecer a los niños y las familias en la adquisición del lenguaje, la lectura y la escritura. Una intervención que aporte, oriente y acompañe a la familia tanto en la infancia como en la adolescencia nos asegura unos cimientos estables sobre los que comenzar a construir nuestra casa del lenguaje.
Más allá de la terapia directa y dirigida con el niño, desde logopedia se persiguen objetivos mucho más funcionales tales como:
● Crear las condiciones necesarias en las que el lenguaje oral y las habilidades literarias puedan emerger adecuadamente.
● Asegurarnos que el contexto socio-emocional es óptimo y genera experiencias satisfactorias alrededor del aprendizaje.
● Optimizar los recursos y estrategias a implementar por las familias, adecuando la metodología al modo en el que el niño aprende.
Por tanto, el lenguaje oral y la lectoescritura se tratan de habilidades vitales en cuanto al crecimiento personal y profesional durante nuestra vida; y que, además, se retroalimentan y dependen del entorno y el bienestar socioemocional.
Fuente: Snow, P. (2020). SOLAR: The Science of Language and Reading. Child Language Teaching and Therapy. 1-12.
Lucía Domingo Moscardó
Logopeda.