Con motivo del día internacional del Cáncer aprovechamos para hablar sobre la Neuropsicología en Oncología Pediátrica.
El aumento de la supervivencia de los niños con cáncer en las últimas décadas ha originado una nueva línea de interés e investigación en Neuropsicología, como son las importantes secuelas cognitivas derivadas del cáncer y de sus tratamientos: la radioterapia y la quimioterapia.
El cerebro del
niño no ha completado su desarrollo cuando la enfermedad aparece, lo que implica
que el daño cerebral causado por estas enfermedades y sus tratamientos produce
una interferencia en el desarrollo de las capacidades.
Nos centraremos en los déficits neuropsicológicos de las dos formas de cáncer
con mayor prevalencia en la infancia: la leucemia linfoblástica aguda (LLA) y
los tumores del sistema nervioso central.
A continuación
describimos brevemente las características más importantes.
Los tumores cerebrales son los tumores sólidos más
frecuentes en la infancia, con una incidencia del 20% de los casos. Son más
frecuentes en varones y la edad más habitual entre los 3 y los 9 años. En los
niños la localización más frecuente es en el cerebelo, siendo el tumor más
frecuente el PNET o meduloblastoma. Los síntomas de presentación más comunes
son: irritabilidad, letargia, diplopía, vómitos, dolor de cabeza y cambios en
la conducta y la personalidad. Pueden aparecer también convulsiones,
hemiparesias, hidrocefalia…
La leucemia
linfoblástica aguda es el cáncer pediátrico más frecuente, representando un 30% del cáncer
infantil. La edad pico se sitúa entre los 3 y 5 años. Los síntomas más comunes
son la mayor propensión de hematomas y sangrados, sentirse débil y cansado,
dolor en huesos y articulaciones, inapetencia, palidez, pequeñas manchas rojas
en la piel…
El perfil cognitivo del menor con secuelas
neuropsicológicas se relaciona principalmente con fallos en la atención,
enlentecimiento psicomotor, alteración de la memoria y dificultades en tareas
asociadas al hemisferio no dominante (visuoespaciales) y discalculia. Asociadas
con la lesión del hipocampo, especialmente cuando la radiación involucra los
lóbulos temporales, las dificultades de memoria y aprendizaje. Relacionada con
la “desconexión” provocada por la disminución en el volumen de la sustancia
blanca, el déficit en atención y funciones ejecutivas, velocidad de
procesamiento y caída del cociente intelectual.
La leucoencefalopatía en niños con leucemia linfoblástica se manifiesta en
letargia, ataques de corte epiléptico, problemas de lenguaje, ataxia y pérdida
de memoria.
Con
este perfil cognitivo se ve clara la necesidad de un seguimiento activo de
supervivientes de cáncer pediátrico para poder detectar a tiempo estos déficits
y poder realizar un programa de rehabilitación neuropsicológica.
Estos niños, una
vez dados de alta, curados de su enfermedad, en el colegio suelen ser
prediagnosticados de vagos, torpes, lentos, sobreprotegidos… nuestro trabajo
permite diagnosticar sus dificultades y evitar falsas atribuciones que pueden
repercutir negativamente en su funcionamiento escolar.
El objetivo de la Neuropsicología es mejorar el
funcionamiento cognitivo desde una visión amplia, incluyendo en el contexto de la rehabilitación variables
cognitivas, afectivo-comportamentales y variables psicosociales orientadas a la
integración del niño en el ámbito escolar y social: como la mejora de la
autoestima, el entrenamiento en asertividad y habilidades sociales, técnicas de
reducción del estrés…y terapia familiar, ya que en muchas ocasiones la actitud
sobreprotectora de los padres interfiere en el desarrollo madurativo del niño y
de su personalidad, generando dependencia de los padres y bajo sentido de la
competencia.
El trabajo continuado en unidades especializadas en las que se incluyan
protocolos de evaluación y rehabilitación neuropsicológica y que permitan un
feedback continuo entre todos los miembros del equipo interdisciplinar
(oncólogo, neuropsicólogo, logopeda, terapeuta ocupacional, profesores…) es
clave para promover la calidad de vida de los niños afectados por tumores del
sistema nervioso central o leucemias durante el período posterior a su recuperación
para una mejora se su funcionamiento cognitivo en todos los dominios para facilitar
su autonomía cognitiva e independencia funcional en todos los contextos : familiar,
escolar y social.
A todos esos pequeños valientes y sus familias que afrontan estas situaciones sólo podemos deciros que os admiramos mucho y que sois ejemplos en vuestro esfuerzo y lucha diaria contra esta enfermedad No olvidéis que si observan tras finalizar tratamiento algunos de los síntomas anteriormente descritos : preguntar por el servicio de neuropsicología especializado en vuestro centro sanitario para que os ayuden con las posibles secuelas neuropsicológicas.